Muchos de nuestros clientes dicen que una vez se ha probado CONIDUR® ya no se quiere otra cosa. No importa dónde se empleen nuestras chapas de agujeros con formas triangulares o semielípticas y las aberturas cónicas inclinadas, siempre aportan numerosas ventajas.
Por ejemplo, en un sistema de lecho fluidizado, un componente esencial es el fondo de distribución de gas CONIDUR®. Entre las ventajas se incluyen un lecho fluidizado estable gracias a la distribución homogénea del aire, un uso fiable incluso en rangos de temperatura elevada, el flujo de aire direccional y la concepción de pérdida de presión.
A los usuarios de molinos les encanta la superficie áspera de las chapas perforadas CONIDUR® ya que favorece el proceso de molido.
Pero, ¿sabe para que otras aplicaciones son aptas las chapas perforadas CONIDUR®? De hecho, es bastante probable que nuestra chapa ya haya encontrado la manera de colarse en su nevera desde hace tiempo. Al menos su marca inconfundible.
Ahora estará pensando: «¿Una marca inconfundible de chapa perforada en mi nevera? Yo no la he visto nunca». En ese caso, échele un vistazo al queso. Más de cerca. Observe la corteza. No es del todo improbable que pueda reconocer en ella la forma especial de nuestros agujeros CONIDUR®. Sencillamente porque nuestras chapas son ideales para la elaboración de quesos.
¿Y por qué nuestras chapas son «especialistas en queso»? Aquí tiene la respuesta:
Las chapas perforadas se emplean canteadas en forma de rectángulo o redondeadas en forma de cilindro con una base y una tapa de prensado, también de CONIDUR®. La forma especial de sus agujeros mencionada anteriormente permite eliminar muy bien el agua. Otra de sus ventajas se encuentra en la parte posterior de las chapas: es tan lisa que el queso se desprende del molde en menos que canta un gallo. Y luego está su vida útil, que se consigue, entre otras cosas, por la deformación en frío durante su producción.
Realmente solo nos queda decir: «Larga vida a CONIDUR®». Pero como eso ya lo logran de por sí nuestras chapas, simplemente decimos: ¡A por el queso!
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