Plástico vs. metal: 2 a 0

«Uno de nuestros clientes nos consultó cómo optimizar unos segmentos de tornillo sinfín que hasta la fecha se fabricaban de Hardox. Estos se empleaban para el lavado de grava y duraban solo de año y medio hasta dos años. Por tanto, buscaba un material que fuese más resistente».

Claudio Lobina, nuestro director de ventas de cribas para materias primas, indicó también que la idea de emplear plástico fue de un empleado del Departamento de Ventas. Este había visitado la sede del cliente en cuestión y pensó que con un revestimiento de plástico ya se habían logrado muchas ventajas en un tolva de carga de grava.

«Procedimos del mismo modo que con el revestimiento de la tolva: se extrajo un segmento de Hardox de muestra y se reprodujo con plástico. En este caso, no nos fue posible hacer una copia exacta del todo, ya que el segmento de tornillo sinfín estaba un poco curvado, cosa que no se pudo lograr con el plástico. No obstante, al final no supuso un gran inconveniente».

¿Y el resultado? Los segmentos de tornillo sinfín también funcionaron a la perfección, redujeron el ruido y prolongaron su vida útil de forma exponencial. Mientras que las placas de Hardox ya empezaban a desgastarse después de año y medio, el plástico aún aguantó cinco años más.

«En realidad no fue algo tan complicado, simplemente cambiamos el material. No obstante, algunas ideas destacan por su sencillez. En este caso, el quid de la cuestión fue que nuestro compañero del Departamento de Ventas reconoció la similitud de los casos y así pudo ayudar enormemente a nuestro cliente. Este es el valor de la vasta experiencia que tenemos en HEIN, LEHMANN».

¿Está buscando soluciones que se adapten a usted? En ese caso, póngase en contacto con nosotros. Le asesoraremos con mucho gusto.